Huesca se presenta al visitante como una ciudad dinámica y moderna, enclavada en el centro de una de las provincias con mayor riqueza natural y paisajística. Su privilegiada situación, distante al norte a tan sólo una hora del incomparable marco de las montañas del Pirineo y, hacia el sur, a treinta minutos de las austeras estepas subdesérticas de Monegros, ofrece al visitante un contraste extremo en el color de sus paisajes y en la variedad de sus climas, del alpino al continental y al mediterráneo, junto con una diversidad de ecosistemas difícilmente abarcable en otro lugar y en tan corto espacio.
La capital oscense atesora un rico pasado milenario y un semblante hospitalario como reflejo del carácter amable de sus gentes. Su configuración urbana y sus cortas distancias permiten pasear y disfrutar de sus calles, parques, plazas y de su casco histórico, donde destacan monumentos tan relevantes como la Catedral, de estilo gótico; la Iglesia y los Claustros románicos de San Pedro el Viejo; el antiguo Palacio de los Reyes de Aragón, hoy Museo Provincial; la Casa Consistorial de estilo renacentista aragonés, cuyo interior alberga el espectacular lienzo de la Campana de Huesca, de José Casado del Alisal.
Por último, es destacable la tradición universitaria de la ciudad -que viene de la Universidad de Huesca, la primera de Aragón, fundada en 1354 y que prolongó su actividad hasta 1845-, a la que da continuidad el Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza desde los años 70 del siglo XX.